Cómo puedo vivir sin ti
Cómo puedo estar
escribiendo esto
Cómo puedo estar solo en
el mismo café de siempre
Cómo puedo levantarme
cada mañana sintiendo tu ausencia
Cómo puedo seguir
sentado en aquel escritorio, ocho horas diarias de lunes a viernes
Cómo puedo osar
recordarte, sí fui yo quien intento olvidar, sí fui yo quien decreto tu Damnatio
memoriae[1]
Cómo puedo tener dinero de plástico y presumir de
anarquista
Cómo puedo ir al psicólogo y epistemológicamente
negar la pseuda –ciencia psicológica
Cómo puedo desear abrazar árboles, pero no los
abrazo porque el hacerlo me evoca a ti
Cómo puedo desear comprar libros sobre Freud,
cuando odio a Freud
Cómo puedo masturbarme mecánicamente, sólo por la
mecánica de la masturbación
Cómo puedo fumar sabiendo que afecta
Cómo puedo alcoholizarme sabiendo que luego vendrá
la resaca
Como puedo tener cinco relojes y todos sin ninguna
sincronización
Como puedo tener cinco relojes y regirme por la
hora de la TV
Cómo puedo negarme a verbalizar tu nombre, cuando
amo decir tu nombre
Como puedo negarme a escribir tu nombre, cuando
amo escribir y tildar cada letra que forman tu nombre
Cómo puedo escuchar una y otra aquella canción que
me recuerda a ti
Como puedo soportar la inhumanidad de los vagones
del Metro
Cómo puedo recibir mi sueldo tranquilamente,
conociendo cuanto es el salario mínimo
Cómo puedo amar el francés, el portugués, el
alemán, el italiano y no hablar ninguno
de ellos
Cómo puedo creer en la historia y no vivir mi propia historia
Cómo puedo odiar a los esnobs en los cafés, con
sus libros, sus libretas, sus lápices y sus
tés y verme como uno de ellos
Cómo amo el lunes sabiendo que es el inicio
semanal de la explotación
Cómo puedo pedir la cuenta en este café sólo para
escuchar la voz de aquella mesera que me
parece muy tierna
Cómo puedo reclamar contra la incoherencia y ser un incoherente
más
Cómo puedo alarmarme por la injusticia y ser un
injusto más
Cómo puede dejarme avasallar por el mercado, sólo
porque amo el mercado
Cómo puede creerme rebelde y esperar sagradamente
el verde en el semáforo
Cómo puedo amar el caos y ser obsesivamente
ordenado
Cómo puedo esperar la superación del Estado cuando
amo la puñetera institucionalidad y su castrante orden
Cómo puedo despotricar contra la banca y acudir a
ella en más de una ocasión
Cómo puedo tener sexo con condón y desear tener
sexo sin condón
Cómo puedo clasificar livianamente a las personas
según su supuesta patología psíquica y odiar el DSM-V y la APA
Cómo puedo anhelar ser padre pero restarme de aquello por el alto costo monetario
Cómo puedo exaltar la vida de Balmaceda, Aguirre
Cerda o la Allende, olvidando la vida de mis abuelos
Cómo puedo tener dos testículos e irónicamente
sólo me funciona uno
Cómo puedo hablar de salud pública y estar
adscrito a los seguros de la salud privada
Cómo puedo escribir tantas letras sobre mí, tan
sólo para sobrellevar tu ausencia
Cómo puedo comprar zapatillas para correr y llevar
años sin correr
Cómo puedo hablar tan livianamente de revolución y
no saber aún que es la revolución
Cómo puedo creerme marxista tan sólo por leer a
Marx
Cómo puedo decir que supere a Marx porque leí
sobre anarquismo
Cómo puedo decirme anarquista tan sólo por leer de
anarquismo
Cómo puedo auto-designarme cristiano y carecer de la
más mínima esencia político-revolucionaria de Jesús de Nazaret
Cómo puedo insistir en la palabra revolución y aún
no saber que es revolución
Cómo puedo intentar día a día buscar la forma de
reencontrarte y no asumir mi culpa de haberte lanzo al olvido
Cómo puedo intentar vivir firme a mis ideales y
saber lo volátiles que son esos ideales
Cómo puedo restregar las traiciones y ser un
traidor más
Cómo puedo hablar del amor y no saber aún como
amar
Cómo puedo decir no comeré nunca avena y al pasar
el tiempo no dejar de comer avena cada mañana
Cómo puedo
Cómo puedo
Tengo muchos de esos “cómo puedo”
De los cuales sólo me muestran lo inconsistente
que puedo llegar a ser
Esos “cómo puedo”
me hacer ver que intento vivir a un modo y
tengo otro
Esos “cómo puedo”
son sin duda sólo yo
Esto soy yo
Esto soy yo sin ti
El mismo que fue cuando caminabas a mi lado
Yo soy esos “cómo puedo”
Yo soy esto
Y Siempre seré esto
Pero hoy y mañana
Con todos esos “cómo puedo”
Tengo la certeza que estas en mi camino
Aun cuando yo te envié al exilo
Cómo puedo escribir tanta porquería para sólo
sobrellevar mi soledad
Para sólo
sobrellevar tu ausencia.
[1] La damnatio memoriae (condena de
la memoria) era un castigo reservado para determinadas personas que los romanos
-el Senado- decidían deshonrar por una razón u otra. Básicamente la idea era borrar por completo
cualquier registro que hiciera alusión al condenado, ya fuese en textos,
grabados, murales, estatuas e incluso música popular
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