sábado, 16 de enero de 2016

Cómo Puedo

Cómo puedo vivir sin ti
Cómo puedo estar escribiendo esto
Cómo puedo estar solo en el mismo café de siempre
Cómo puedo levantarme cada mañana sintiendo tu ausencia
Cómo puedo seguir sentado en aquel escritorio, ocho horas diarias de lunes a viernes
Cómo puedo osar recordarte, sí fui yo quien intento olvidar, sí fui yo quien decreto tu Damnatio memoriae[1]
Cómo puedo tener dinero de plástico y presumir de anarquista
Cómo puedo ir al psicólogo y epistemológicamente negar la pseuda –ciencia psicológica
Cómo puedo desear abrazar árboles, pero no los abrazo porque el hacerlo me evoca a ti
Cómo puedo desear comprar libros sobre Freud, cuando odio a Freud
Cómo puedo masturbarme mecánicamente, sólo por la mecánica de la masturbación
Cómo puedo fumar sabiendo que afecta
Cómo puedo alcoholizarme sabiendo que luego vendrá la resaca
Como puedo tener cinco relojes y todos sin ninguna sincronización
Como puedo tener cinco relojes y regirme por la hora de la TV
Cómo puedo negarme a verbalizar tu nombre, cuando amo decir tu nombre
Como puedo negarme a escribir tu nombre, cuando amo escribir y tildar cada letra que forman tu nombre
Cómo puedo escuchar una y otra aquella canción que me recuerda a ti
Como puedo soportar la inhumanidad de los vagones del Metro
Cómo puedo recibir mi sueldo tranquilamente, conociendo cuanto es el salario mínimo
Cómo puedo amar el francés, el portugués, el alemán, el italiano y  no hablar ninguno de ellos
Cómo puedo creer en la historia  y no vivir mi propia historia
Cómo puedo odiar a los esnobs en los cafés, con sus libros, sus  libretas, sus lápices y sus tés y verme como uno de ellos
Cómo amo el lunes sabiendo que es el inicio semanal de la explotación
Cómo puedo pedir la cuenta en este café sólo para escuchar la voz de aquella mesera que me  parece muy tierna
Cómo puedo reclamar  contra la incoherencia y ser un incoherente más
Cómo puedo alarmarme por la injusticia y ser un injusto más
Cómo puede dejarme avasallar por el mercado, sólo porque amo el mercado
Cómo puede creerme rebelde y esperar sagradamente el verde en el semáforo
Cómo puedo amar el caos y ser obsesivamente ordenado
Cómo puedo esperar la superación del Estado cuando amo la puñetera institucionalidad y su castrante orden
Cómo puedo despotricar contra la banca y acudir a ella en más de una ocasión
Cómo puedo tener sexo con condón y desear tener sexo sin condón
Cómo puedo clasificar livianamente a las personas según su supuesta patología psíquica y odiar el DSM-V y la APA
Cómo puedo anhelar ser padre pero restarme de  aquello por el alto costo monetario
Cómo puedo exaltar la vida de Balmaceda, Aguirre Cerda o la Allende, olvidando la vida de mis abuelos
Cómo puedo tener dos testículos e irónicamente sólo me funciona uno
Cómo puedo hablar de salud pública y estar adscrito a los seguros de la salud privada
Cómo puedo escribir tantas letras sobre mí, tan sólo para sobrellevar tu ausencia
Cómo puedo comprar zapatillas para correr y llevar años sin correr
Cómo puedo hablar tan livianamente de revolución y no saber aún que es la revolución
Cómo puedo creerme marxista tan sólo por leer a Marx
Cómo puedo decir que supere a Marx porque leí sobre anarquismo
Cómo puedo decirme anarquista tan sólo por leer de anarquismo
Cómo puedo auto-designarme cristiano y carecer de la más mínima esencia político-revolucionaria de Jesús de Nazaret
Cómo puedo insistir en la palabra revolución y aún no saber que es revolución
Cómo puedo intentar día a día buscar la forma de reencontrarte y no asumir mi culpa de haberte lanzo al olvido
Cómo puedo intentar vivir firme a mis ideales y saber lo volátiles que son esos ideales
Cómo puedo restregar las traiciones y ser un traidor más
Cómo puedo hablar del amor y no saber aún como amar
Cómo puedo decir no comeré nunca avena y al pasar el tiempo no dejar de comer avena cada mañana
Cómo puedo
Cómo  puedo
Tengo muchos de esos “cómo puedo”
De los cuales sólo me muestran lo inconsistente que puedo llegar a ser
Esos “cómo puedo”
me hacer ver que intento vivir a un modo y tengo otro
Esos “cómo puedo”
son sin duda sólo yo
Esto soy yo
Esto soy yo sin ti
El mismo que fue cuando caminabas a mi lado
Yo soy esos “cómo puedo”
Yo soy esto
Y Siempre seré esto
Pero hoy y mañana
Con todos esos “cómo puedo”
Tengo la certeza que estas en mi camino
Aun cuando yo te envié al exilo
Cómo puedo escribir tanta porquería para sólo sobrellevar mi soledad
    Para sólo sobrellevar tu ausencia.




[1] La damnatio memoriae (condena de la memoria) era un castigo reservado para determinadas personas que los romanos -el Senado- decidían deshonrar por una razón u otra. Básicamente la idea era borrar por completo cualquier registro que hiciera alusión al condenado, ya fuese en textos, grabados, murales, estatuas e incluso música popular

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