Desconozco por qué las mañanas me hacen reflexionar, quizás
compartir parte de mi intimidad involuntariamente con rostros lagañosos en el
Transantiago rumbo a nuestros templos de explotación provoca la excitación de
mis neuronas, me provoca sinapsis o simplemente me provoca provocación...
Hoy pensaba en los "tantos" que tengo.
Tantas convicciones y no
puedo mantener ni siquiera una, sin caer en incoherencias.
Tantos sueños que sólo se quedan en sueños.
Tantos libros en mi biblioteca que no soy capaz de regalar.
Tantos amores que pasaron a ser desamores.
Tantos desamores que se quedaron en desamores.
Tantos estatutos, reglamentos, leyes, normas y para qué, si no
hay nada mejor que el bendito caos.
Tantos cafés para no dormir, cuando era mejor dormir.
Tanto leer, que debo leer otra cosa para entender lo que quiero
leer.
Tantas hormonas que me gobiernan.
Tantos besos que se han dado y no eran necesarios.
Tantos besos que no se dieron y sí que eran necesarios.
Tanta institucionalidad que anhelo la anarquía.
Tanta anarquía que anhelo la institucionalidad.
Tantas derrotas que viví como victorias.
Tantas victorias que se transformaron en derrotas.
Tantas derrotas al fin y al cabo, que me acostumbre a ser de
izquierda y cristiano.
Tanto querer hacer iglesia y notar que la iglesia no quiere ser
iglesia.
Tantas discusiones teológicas que sólo se convirtieron en eso, teológicas
Tantas superaciones, que sólo me llevan a buscar nuevos
desafíos.
Tantos amaneceres con alguien, cuando era mejor no compartir la
cama.
Tantos amaneceres solo, cuando era vital, justo y necesario
despertar al lado de ella.
Tantos decir tanto, que me cansa ser tan sólo Yo.
Tantas cosas malas, que se transformaron en buenas.
Tantas cosas buenas que se transformaron en excelentes.
Tantas cosas excelentes que se transformaron en sublimes.
Tantas cosas sublimes que me sentí por un instante VIVIENDO en
el dinámico reino-anárquico de Dios.
En definitiva estoy lleno de “tantos”, que he olvidado los
simples:
Simplemente vivir.
Simplemente amar.
Simplemente reír, llorar, gritar, saltar, correr, dormir.
Simplemente ser simple.
Simplemente entender que Dios libera, no juzga, es Gracia no
mérito.
Simplemente comunidad.
Simplemente quererse acompañado.
Simplemente vivir la soledad.
Simplemente beber unas cervezas.
Simplemente conversar o simplemente callar.
Simplemente llegar para irse.
Simplemente irse para llegar.
Simplemente ella y simplemente yo.
Simplemente respirar.
En resumen, mis “tantos” van en estrecha relación con mis “simples”
y viceversa.
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